Te presento a Marple, Jane Marple, miss Marple
La envidia de los más expertos detectives de Scotland Yard en los años 30s.
Es un personaje ficticio creado por Agatha Christie, su favorito sin duda. Peina
canas desde hace un par de décadas, es muy buena persona. Delgada y con
mejillas rosadas. No se maquilla ni se arregla mucho, pero siempre está muy
bien presentada. Desde el sombrero que
no le falta hasta los zapatos siempre muy bien combinados, limpios y dan
testimonio de cuidado. En su trato es muy gentil. Viste, habla y se comporta
como toda una dama victoriana. Disfruta de la naturaleza y uno de sus
pasatiempos favoritos es la jardinería. Es muy dulce en su trato. Le gusta reunirse
con sus amigas a tomar té y galletas sencillas, caseras y de sabores
tradicionales y neutros. Le gusta tejer en agujas, pasa horas en esta labor,
las prendas que resultan son cuellos y bufandas en ocasiones lo hace sola en el
jardín frontal de su casa, o también mientras escucha a sus amigas. Disfruta el
vino de jengibre con un chorrito de whisky, pero le encanta que el mesero,
vestido de librea y con un mantel en el antebrazo, le pregunte, “¿lo de costumbre
señorita Marple?”.
Ella es la mayor de tres hermanas, es soltera y tampoco tuvo hijos, quiere
mucho a su sobrino Raymond West, que está casado con Joyce Lempriere; ambos son
artistas, Raymond es escritor, (en este personaje se retrata un poco Agatha
Christie) ellos la quieren y también la
procuran mucho, son su familia más cercana incluso viven en el piso de arriba
de la misma casa hermosa de Jane Marple, ubicada en el pintoresco pueblo de St.
Mary Mead de donde son originarios todos (pueblo ficticio desde luego)
Miss Marple tuvo un novio que le agradaba a toda su familia, pero ella
rompió con él porque era muy aburrido (DULL MAN). “Entre las cosas más
difíciles en la vida está el compartir los días con alguien que no sabe
conversar”. Jane Marple es todo lo contrario, una gran escucha y muy buena conversadora,
le gusta imaginar que se puede mover fácilmente por todos los rincones y sitios,
viaja con la vista y con la imaginación y recrea una y otra vez en la mente
viajes y recorridos en busca de información, es muy curiosa y observadora, pero
particularmente conoce las debilidades y pasiones humanas.
Presta atención a cada detalle, no escatima en dar vueltas y vueltas a los
datos y sospechas. A veces parece que
está siguiendo una conversación, pero en realidad está tomando nota del cajón
mal cerrado, de la ventana abierta, y siempre de esos detalles obtiene
información relevante que le ayudan a resolver los más rebuscados casos de asesinatos.
Así se ha ganado a fama de ser una extraordinaria detective. Su estrategia para
interrogar incluye repetir la última frase del testigo para invitarlo a que
continúe hablando. Por ejemplo, alguien dice que el martes pasado visitó el
pueblo vecino. ¿El pueblo vecino?, pregunta miss Marple.
Pero no anda dando clases de moral. No condena la maldad de los asesinos. A
ella, lo que le gusta es descubrir quién lo hizo, cómo lo hizo y por qué.
Aunque es muy pulcra, no se espanta si ve un cadáver. No le intimida la
alta sociedad, la policía, los adinerados, o un (homeless) indigente, ella los
sabe tratar a todos con naturalidad, del mismo modo que a los empleados y
policías, forenses y testigos. No es soberbia, aunque a veces es un poco
vanidosa cuando los policías la menosprecian, o la tratan medio mal, ella sabe
que los va a vencer con su astucia y tiene paciencia de dar el toque final
porque se sabe más lista que la mayoría de ellos.
Usa su astucia y su capacidad de observación para esclarecer los casos y que se sepa la verdad y sabe que con esto hace el bien. En esencia es una buena persona, por ejemplo, cuando el vecino invita a la comunidad a comer, miss Marple ya sabe que el anfitrión abusa de los irritantes, por tanto, ella prepara un licor de ciruela para todos que es un estupendo digestivo. Gracias a eso, no ofende al cocinero y los invitados no sufren dolores de estómago.
Todos podemos aprender mucho de miss Marple, está siempre dispuesta a compartir lo sencillo que puede ser lo que parece más complejo.
Martucha